La triste pérdida del Comandante Azambuya.

Cte. Azambuya, su hermano y otro tripulante en “Nueva Hesperides” – SALTO.

En el día de hoy compartimos una historia narrada por el Sr. Ido Cottiga, gran colaborador en la tarea de mantener vigente la memoria de PLUNA.

La historia que narraremos a continuación se ubica a mediados de la Década del 60, un lamentable suceso que involucró el fallecimiento del Cte. Jesús Maria Azambuya de tan solo 34 años de edad. Azambuya había ingresado a PLUNA el 1º de Agosto de 1955, llegando del Centro de Aviación de Salto, donde era Instructor. En diciembre de 1957 ascendió a Cte. de DC-3 y poco más de un año después a Cte. de Vickers Viscount, según el libro “Historia de PLUNA” de Juan Maruri. Ido Cottiga estuvo presente ese día y hoy nos trae su recuerdo.


¿Quién es Ido Cottiga?

Ido Cottiga llegó a nuestro país como inmigrante italiano en 1950 con tan solo 13 años, se recibió de Técnico Mecánico en la UTU y en 1957 ingresó como ayudante en PLUNA. Trabajó allí durante 50 años escalando diversos cargos, como el de Instructor, Inspector y jubilándose como Jefe de Control de Calidad a los 70 años de edad. Nos complace ser testigos de las historias que Ido comparte con nosotros.


Sin más preámbulos, aquí les dejamos esta triste historia narrada en primera persona por Ido Cottiga:

Allá por los primeros años de la decada de los 60, trabajaba en PLUNA un comandante de apellido Azambuya, una persona magnífica, buen compañero y como piloto uno de los mejores de la época. Por aquel entonces nos encontrábamos en la etapa de los Vickers Viscount 700, espero que alguno de ustedes lo haya conocido porque de otra manera voy a creer que de verdad estoy algo viejo.

Un día me encontraba realizando tareas para la salida de un vuelo programado (Carga de combustible – Chequeo visual de neumáticos – Chequeo visual de la aeronave en la parte exterior – Etc), mientras que el Cte. Azambuja cumplía con su tarea en la cabina de comando de la aeronave. Hablé con él y seguí con lo mío, chequeando los asientos de pasajeros. Saludé a la azafata que estaba en la tarea recibiendo a «Servicio de abordo».

En determinado momento observo que el Cte. sale de la cabina de piloto y se sienta en la primera fila de pasajeros, en el lado izquierdo. Pasaron unos minutos y retorno hacia el frente de la cabina, observando que el Cte. estaba sentado pero inclinado hacia el pasillo, lo observo y lo encuentro muy pálido. Llamé la atención a la azafata, quien se acercó y me pidió que llamara a un médico urgentemente. Salí corriendo hacia la entrada interior de enfermería del Aeropuerto, le expliqué la urgencia al médico de guardia y retornamos con la premura del caso. Ya habia mucha gente en la aeronave y ya se había solicitado la ambulancia a los bomberos.

Después de varios minutos observé como salían del avión varios compañeros de ‘Control de Vuelo’ ayudando a sacar de la aeronave al Comandante, yo al menos veía que no se habia recompuesto. Al subirlo en la ambulancia observo como el médico se aproxima al chofer y murmurando le dice algo como “Despacio porque ya…”, no entendí más nada.

Señores, les cuento que la ambulancia salió rauda, pasando por Av. Italia a la altura de Alto Perú se le salió una rueda delantera, atrasando aún más la llegada al Hospital de Clínicas. Lamentablemente el Cte. Azambuya ya había fallecido en su salida de Carrasco.

En el exterior del edificio del Aeropuerto, en la esquina donde se encontraba la división ‘Control de Vuelo’, se había colocado una placa recordatoria en homenaje al Comandante Azambuya. La misma se retiró al realizarse modificaciones edilicias. No supe más dónde fue instalada.


Dedicamos esta nota a la memoria del Cte. Jesús Maria Azambuya.

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